The Medium, el mundo de la inspiración y el mundo del olvido

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Raiola Networks

Un jefe que tuve al comienzo de mis días como trabajador me dijo que la rueda ya está inventada, no hay que volverse loco intentando reinventarla cuando puedes usarla tal y como está. Él, en se momento, me lo dijo por algo relacionado con el diseño de una web pero es perfectamente extrapolable a casi cualquier ámbito.

En este caso, la gente de Bloober Team, aunque no hayan hablado con el que fuera mi jefe, han seguido al pie de la letra el consejo y han creado este The Medium que bebe de tantos y tantos juegos, en algunas ocasiones de manera acertada y en otras tendrían que haber estado un poco más finos para conseguir un producto que pase del “meh” final.

The Medium y la inspiración de los clásicos

Hay varios juegos que se me vinieron a la mente en los primeros compases de este The Medium. El primero fue Control, el título de la gente de Remedy. En este caso las similitudes son más bien pocas y concentradas en la protagonista Marianne, ya que me resultó muy similar a Jesse Faden tanto en apariencia como en el uso que se hace de ellas a nivel narrador externo. Nada más que eso.

Pero el segundo título, o títulos mejor dicho, que me vinieron a la mente fueron los clásicos Resident Evil. Y esto es tan sutil como evidente. Sutil porque quizás uno lo primero que ve al pensar en los primeros juegos de Capcom son zombies, mansiones o comisarias, disparos y mucha tensión, y de eso no hay nada en el título de Bloober. Pero quitada esa primera capa creo que todos tenemos en mente la cámara fija e inamovible de los inicios de la saga.
En aquellos tiempos se utilizó más que nada por las (pocas) limitaciones técnicas que podrían tener las máquinas y las tendencias del momento, pero se aprovechó para hacer algo característico y ganar muchos puntos en ambientación. Gracias a aquellos planos fijos, por ejemplo, la escena del licker en Resident Evil 2 nos hizo a todos sudar frio en su primera aparición.

Pero en The Medium no tenemos limitaciones y no hay una moda que utilice este recurso, pero han sabido aprovecharse de esta técnica y dotar al juego de personalidad. Algo que podría convertirse muy fácilmente en una característica negativa, la han abrazado y adaptado a lo que su obra requería y les ha salido a pedir de boca.

Otra similitud con los clásicos Resident Evil (aquí estoy hilando demasiado fino) es que no dura 80 horas. ¡Por fin! Los que tenemos el tiempo contado para jugar durante la semana agradecemos infinitamente poder disfrutar de un título que no nos lleve más de 8-10 horas. No siempre es necesario, ni hay ganas, estar decenas de horas delante de la pantalla completando misiones secundarias para darle más lore a la historia. Son meses los que ando detrás de poder hincar el diente a Assassins Creed: Valhalla, pero para mi un juego de 80 horas me suponen 2 o 3 meses de tiempo que no me apetece invertir en un solo título. Como decían en este video, al peso se compra la mortadela.

Lamentablemente, aquí se quedaron las buenas ideas llevadas a buen puerto en The Medium.
Sí, hay más planteamientos interesantes (que también recuerdan a otros juegos), como el punto fuerte del juego que es el dividir la pantalla en dos mundos y jugarlos a la vez. Una idea que recuerda a Legacy of Kain: Soul Reaver, donde tenías que cambiar entre el plano fisico y el espiritual para poder desbloquear caminos y continuar con tu aventura, pero que se queda en una buena intención y una potente herramienta de marketing. A la hora de la verdad, no aporta demasiado.

Es cierto que tampoco ayuda la historia, que aunque es interesante no ha conseguido engancharme lo más mínimo. Los primeros compases si despiertan la curiosidad, pero luego se va diluyendo, aunque es probable que esto sea únicamente un problema mío y la narrativa si merezca la pena para muchos otros.

Mucho menos ayuda la concepción general del juego. Es un título pasillero y simple a más no poder. No hay opción de nada más que no sea avanzar por escenarios muy limitados, con una falsa sensación de exploración en salas más amplias pero que no dejan de ser habitaciones al final del pasillo y que dan para lo que dan.
Quieren hacer parecer que han bebido de Resident Evil a la hora de plantear puzzles que nos hagan calentarnos la cabeza y crear un elemento más de desafio para el jugador, pero son igual de pasilleros que el juego en sí: simples como el mecanismo de un chupete y no suponen ningún reto.

 

En definitiva, The Medium es una obra con muy buenas ideas: unas planteadas y desarrolladas con mucho acierto y otras que pasan sin pena ni gloria. Pero en el fondo, la base del juego es la que es y no da para más, dejando al final un título muy sencillo y olvidable que queda lejos de dar la sensación de que estamos en la nueva generación.

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