The Substance, un manual de autodestrucción en solo 30 minutos

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Raiola Networks

Empieza esa época del año en el que los aficionados al cine tenemos que estar atentos. Comienzan esas semanas en las que en la prensa, blogs y redes se lanzan los nombres de las películas que pueden ser candidatas a los premios Oscar.
Por el momento, estoy un poco desconectado de este asunto. No hay grandísimos nombres que lleven sonando meses como en otros años, por lo que voy descubriendo títulos poco a poco, picando recomendaciones de aquí y de allá.

En estos últimos días he visto dos películas de las que se van perfilando para llevarse varias nominaciones. Una de ellas es Anora, la cinta dramática-romantica del director de The Florida Project (una maravilla), que me pareció fantástica y muy recomendable, aunque está lejos de ser una ganadora de estatuilla a la mejor película del año.
La otra es de la que voy a escribir estas pocas líneas y que me es difícil de catalogar: The Substance, una sátira-gore, con una media hora de cine de serie B llena de excesos.

The Substance, comenzando con buen pie

La premisa de la película es sencilla: Elisabeth Sparkle es una estrella de Hollywood que ya pasó sus años dorados y, ahora que ronda las cincuenta primaveras, ve como su fama se va apagando y la industria la va dejando de lado buscando sangre fresca. Ella, interpretada por una Demi Moore que ya se ha llevado premios menores en los últimos meses por su papel, se pone en contacto con alguien que le promete disfrutar de una nueva juventud desdoblándose de manera literal, pero con unas reglas muy estrictas que cumplir para que todo funcione bien (tienen que hacer cambio cada siete días, sin excepción, ya que no pueden coexistir las dos a la vez).
Su joven alter ego, Sue, rol a cargo de la maravillosa Margaret Qualley, siente ese estrellato, esa fama y esos focos que ya había perdido y poco a poco va rompiendo las reglas y robándole un tiempo a Sparkle que le acarreará consecuencias en su físico.

Al final, The Substance es un mensaje potente a la par que sencillo (juventud, belleza, físico y fama), con dos actrices que pueden encarnar a la perfección lo que quieren contar por sus respectivas historias dentro de la industria y los momentos actuales de sus carreras.
Toda esta premisa está rodada y llevada a cabo de una forma magistral, con un toque mitad tecno, mitad capítulo de Black Mirror.

La música te taladra el cerebro y se queda ahí durante días; la fotografía, con esos planos cercanos, esos colores tan vivos y el uso de la cámara lenta te hipnotiza (más allá de culos y tetas, que hay para aburrir), las actuaciones de todos los personajes es fantástica… La mejor muestra de todo esto son los primeros minutos cuando nos presentan al director del programa con un plano fijo en un cuarto de baño. Esa escena, si le añadiésemos sangre a raudales, sería un ejemplo perfecto de lo que nos va a dar la película.

La sustancia que hizo volar todo por los aires

La película dura unas dos horas y veinte minutos. Podríamos decir que los primeros cien minutos de The Substance son perfectos en forma y fondo y encajan en la definición (si es que existe) de sátira-gore. Es una gran película, muy buena candidata a los Oscar en varias categorías hasta la escena en la que el personaje de Demi Moore se arrepiente de algo que está haciendo (no quiero entrar demasiado en spoilers) y la directora pierde completamente la cabeza y comienzan 30 minutos de un espectáculo lamentable, lleno de excesos y en el que no pude cerrar la boca ni un solo instante, ya fuese porque no podía dar crédito de lo que estaba viendo o bien porque estaba riendo a carcajadas.

En ese preciso momento de la cinta, comenté en tono jocoso «ahora comienza un combate de karate a muerte» y solo diré que no iba muy desencaminado. Y eso era solo el principio.
Esa última media hora es un manual detallado de como tirar por los aires un gran trabajo, una película que podría aspirar a todo en la gala más famosa del mundo del cine y que prefiere dejarse llevar por la locura y abusar del gore, del absurdo y del peor cine de serie B. Parece el resultado de una noche de sustancias de fiesta en la que alguien dijo «¿a que no hay huevos?» y otro contestó «¿que no? Sujétame el cubata».

En definitiva, pensar en The Substance es recordar casos como Prison Break, que tiene una primera temporada increíble y luego se diluye hasta acabar dando vergüenza ajena.
Esta película lo tenía todo para ser una de las mejores del año y termina siendo una parodia de cine gore y serie B. Pese a todo, Margaret Qualley, Demi Moore y el guión pueden optar a estatuilla. Además, recomiendo verla y que cada uno haga el juego/ejercicio de imaginar qué cierre le habría puesto a la historia.

OJO SPOILER – Yo habría hecho que Sue matase a Elizabeth cuando la despierta y que hubiese ido a la televisión, mientras poco a poco empieza a sangrar y se empieza a deshacer hasta que termina muriendo en directo, marcando un record de audiencia. Al final, el final de los personajes es el mismo, con la diferencia de que yo no estaba borracho cuando lo pensé.

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